Dejándonos llevar por esta nostalgia estilística, vamos a remontarnos hasta los gloriosos años 80, considerados por algunos como la etapa más extravagante y kitch de la vestimenta humana. Los que vivieron su infancia/adolescencia/juventud en esta década sabrán de lo que hablo:
Las Reebok abotinadas eran un clásico entre todos nosotros. Unas zapatillas que agarraban bien el tobillo para evitar que nos lo torciéramos haciendo Educación Física y que hoy en día considero que siguen teniendo su puntito. Y qué mejor para acompañar a las deportivas que un chándal de táctel, calentito a la par que reflectante. El caso del chándal de táctel merece mención aparte; todos tuvimos uno, pero la variedad cromática existente era tal que nunca coincidían dos iguales. Eso si, la combinación fucsia-verde solía ser la más frecuente. Esperemos que se hayan extinguido de la faz de la tierra.
Otro tejido estelar era el vaquero nevado en todas sus versiones (pantalón, camisa y cazadora, y si se lo llevabas todo junto, mejor que mejor). Por último, no olvidar por favor las mallas de estampado multicolor que se sujetaban al talón.
Respecto a los complementos, destacaron durante un tiempo los “glamurosos” collares-tatoo (una especie de gargantilla elástica negra que se pegaba al cuello de las más atrevidas). Y qué decir de las pulseritas de colores hechas con hilos de plástico que se compraban en los kioscos por un duro. Las de forma cuadrada eran muy sencillas, pero el que sabía hacerlas redondas era considerado un auténtico dios.
En cuanto a estilo capilar, sólo puedo decir dos palabras (aparte de cardado por supuesto): flequillo para ellas y tazón para ellos.
Pero también hay otras muchas prendas ochenteras que han aguantado mejor el paso del tiempo y ya no sólo no nos horrorizamos al verlas, sino que han resurgido como auténtica tendencia. Empezando por los en su día tan denostados pitillos, que actualmente son un básico en la mayoría de los armarios. Al igual que los cómodos y versátiles leggins. Para auténtico revival el que ha sufrido el calzado más vendido de la historia: las Converse All Star, un clásico desde que aparecieron en la primera mitad del siglo XX. Más económicas aún son las bambas de toda la vida, relanzadas hace un par de temporadas por Victoria. Las míticas gafas de sol Ray-Ban Wayfarer también están ahora en su máximo apogeo.
Y tú, ¿Qué recuerdos estilísticos tienes de tu infancia? ¿Sufriste en tus propias carnes la moda ochentera?
2 comentarios:
Enhorabuena por tu blog.He visto unos cuantos blogs sobre moda y el tuyo me parece el mejor.Un saludo
Muchas gracias Laura!! Me alegro de que te guste el blog! Espero que sigas leyéndolo y participando cuando quieras! Saludos!
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